Se trata de una pintura en témpera sobre tabla que
se encontraba originalmente en Orsanmichele, al parecer alrededor de una
columna, lo que explica su extraña forma convexa. Fue encargada el 15 de
septiembre de 1367 al artista que en esa época era titular de uno de los
talleres más activos de Florencia. San Mateo era el patrono de la corporación
que realizó el encargo, y su escudo se puede observar aún en el medallón en la
parte superior de los paneles laterales. En 1368, cuando la obra aún no se
encontraba finalizada, el artista cayó gravemente enfermo, encargándole la obra
a su hermano menor Jacobo di Cione, antes de morir.
Estilo: el tríptico está compuesto de tres tablas
compuestas de una cornisa con cúspide inserta en un rectángulo, con dos
medallones en la parte superior.
La figura de San
Mateo se yergue a dimensiones naturales en el panel central, con el evangelio
abierto en la mano, y una pluma para escribir. Observa frontalmente al
espectador, y en su figura resaltan los colores brillantes de la vestidura. A
sus pies se encuentra un precioso brocado, idéntico a los presentes en otras
obras de Jacobo, como una que se puede ver en la Accademia de Florencia. Los
paneles laterales se encuentran divididos en dos registros, y presentan
historias del santo que se leen en sentido horario, desde abajo a la izquierda.
En estas historias las figuras no guardan proporción con la arquitectura,
siempre presente, siguiendo el estilo de la conquista de la escuela giottesca.
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